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Rodolfo Mendoza

QUE PASARÁ CON LAS DENUCNIAS DE FRAUDE DE TRUMP

“El no debería conceder la victoria bajo ninguna circunstancia, porque creo que esto se alargará, y eventualmente creo que ganará si no cede una pulgada, y si se mantiene enfocado e implacable como el otro bando lo estará.”

Consejo de Hillary Clinton a Joe Biden, agosto 2020

LAS IRREGULARIDADES DENUNCIADAS

Estas son algunas de las irregularidades, anomalías y malos procedimientos que se han señalado por los republicanos en este proceso electoral:

- Boletas recibidas por correo en Pensilvania posterior al día de la elección, que están en disputa, pendiente de ser conocido por la Corte Suprema de Justicia, por contradecir las leyes del estado.

- No se verificó que la firma del votante coincida con el documento de identificación.

- Error en el sistema de cómputo en un condado en Michigan, que añadió equivocadamente 6,000 votos a favor de Biden. El error ya fue corregido, pero el sistema fue utilizado en otros estados, y ya hay al menos otros dos condados que reportan el mismo problema.

- Boletas enviadas por correo a quienes no las solicitaron y votos en Nevada por parte de personas muertas, de niños y de personas que se movieron del estado.

- No permitieron a los observadores republicanos presenciar el conteo de votos en Pensilvania y en otros lugares, aún con orden judicial.

- Bloqueo de ventanas para no presenciar votos en Detroit, Michigan y en Nevada.

- Denuncias secretas de repartidores de correo sobre órdenes de sellar las boletas de votos como que fueran de días anteriores, que está bajo investigación del FBI.

Estas son algunas de los señalamientos más comunes y concretos que han hecho los republicanos. Hay suficientes anomalías y vicios de procedimiento para solicitar que se revisen o recuenten los votos, alargando este proceso. Para eso existen las revisiones, los recuentos y las cortes, para probarlo y corregirlo.

LAS ANTERIORES DECLARACIONES DE FRAUDE QUE SE HAN DADO EN ESTADOS UNIDOS

Las elecciones de 1876, 1888, 1960 y 2000 fueron muy disputadas y en cada una el perdedor reaccionó con declaraciones de fraude electoral, pero el resultado de ninguna elección fue cambiado. En las primeras tres se dio el fenómeno que el candidato electo no fue capaz de reelegirse, y que el perdedor llegó a gobernar años después.

También se debe recordar que los demócratas denunciaron que las elecciones que ganó Trump en 2016 sufrieron de la intervención de Rusia, acusando de colusión a los republicanos. Trump ganó por unos pocos votos en varios estados, y a pesar de esta acusación, y de otras como la manipulación de Cambridge Analítica a través de Facebook, no se revirtió el resultado. Los demócratas no son niños de primera comunión en cuanto a denuncias de fraude, la diferencia es que esta vez les tocó estar del lado ganador.

EL ANTECEDENTE DEL AÑO 2,000

Algunos han trazado paralelos con la elección del 2000, en el que George Bush derrotó a Al Gore por unos cuantos votos. Durante la noche de la elección varios medios declararon a uno o al otro ganador en Florida, y por lo tanto de la elección, para luego retraer esa declaración. La elección se decidió por 537 votos, y tomó 34 días y dos consultas a la Corte Suprema de Justicia para resolverlo.

Esta vez el caso es distinto. Aquella se trataba de un estado con unos cientos de votos de diferencia. Esta vez se trata de seis estados, y la menor diferencia de votos es de 10,300 en Georgia. En los otros la distancia es mucho más grande.

¿QUE SUCEDERÁ?

Para que se declare un fraude, además de comprobar que las anomalías, irregularidades y vicios de procedimiento se dieron, los republicanos deberán demostrar también que los errores no fueron accidentales sino realizados con intención y propósito de alterar la elección, y que si afectaron el resultado. Esto nunca se ha logrado anteriormente en una elección presidencial en Estados Unidos, y difícilmente se logrará en esta ocasión. Los errores y anomalías seguramente se corregirán, pero lo más probable es que el resultado de los estados no variará, porque la distancia entre ambos es muy grande.

Trump deberá conceder la carrera en algún momento, por el bien de la institucionalidad y la democracia, pero seguramente tomará la misma actitud que Diego Maradona respecto a la final de Italia 90, que perdió contra Alemania por penal 1-0. Hasta el día de hoy el pibe asegura que "le robaron el título", a pesar que los alemanes fueron superiores durante todo el torneo.

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